¡Bienvenidos a este espacio de reflexión sobre la enseñanza de ELE!
¡Hola a todos! Me llamo Cristiana Fimiani y soy doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo. Actualmente trabajo como Profesora de Lengua, Literatura y Lingüística en la Universidad de Las Bahamas.
Mi vida ha sido, y por lo visto sigue siendo, bastante andariega. Soy italo-griega (padre italiano y madre griega) y me he criado entre la ciudad de Tesalónica (en el Norte de Grecia)
y la de Nápoles (la ciudad más "canalla" de Italia)😅
Estuve viviendo durante tres años en Granada, donde he obtenido la Suficiencia investigadora en el marco del Programa de Doctorado sobre los poetas de la Generación del '27.
Debido a mis estudios sobre el famoso poeta de Campos de Castilla, he seguido a mi directora de Tesis hasta Oviedo, donde llevo viviendo desde hace cinco años y donde he defendido mi Tesis Doctoral sobre el Simbolismo botánico en la poesía de Antonio Machado.
Actualmente imparto clases de inglés, español, griego e italiano y he sido contratada como Profesora Tiempo Completo en la Universidad de Las Bahamas. De momento imparto clases en línea pero estoy preparándome para mudarme dentro de los próximos dos meses hacia esta nueva aventura.
Aquí os dejo resumidos, citando las palabras del apócrifo Juan de Mairena, mi filosofía de la enseñanza, que siempre tengo en mente durante cada clase:
Pláceme poneros un poco en guardia contra mí mismo. De buena fe os digo cuanto me parece que puede ser más fecundo en vuestras almas, juzgando por aquello que, a mi parecer, fue más fecundo en la mía. [...] Yo os pido un poco de amistad y ese mínimo de respeto que hace posible la convivencia entre personas durante algunas horas. Pero no me toméis demasiado en serio. Pensad que no siempre estoy seguro de lo que digo, y que, aunque pretendo educaros, no creo que mi educación esté mucho más avanzada que la vuestra. No es fácil que pueda yo enseñaros a hablar, ni a escribir, ni a pensar correctamente, porque yo soy la incorrección misma, un alma siempre en borrador, llena de tachones, de vacilaciones y de arrepentimientos […] Para los tiempos que vienen, no soy yo el maestro que debéis elegir, porque de mí sólo aprenderéis lo que tal vez convenga ignorar toda la vida: a desconfiar de vosotros mismos.


Comentarios
Publicar un comentario